1. Su nobleza hacia los soldados enemigos dentro de la batalla:
Muhammad (paz y bendiciones sean con él), teniendo una noble moral, y aplicando las instrucciones del sagrado Corán, nunca traicionó a nadie, ni siquiera a sus enemigos. Nunca rompió un acuerdo hasta que la segunda parte era quien lo rompía. En sus batallas, tanto si él como si su enemigo eran victoriosos, nunca torturó a los heridos o a los prisioneros de guerra, no mutilaba a los cadáveres, y solía prohibir a sus soldados y al personal del ejército el hacer esto, cualquiera fuese el caso.
Él y sus compañeros dieron a la humanidad maravillosos ejemplos de una noble moral durante la guerra.
2. Su nobleza hacia las mujeres en las batallas:
Tome este ejemplo maravilloso que cautiva la mente y mueve los sentimientos.
En una de las batallas decisivas de Muhammad (pbse), una persona de su ejército (su primo Ali, el hijo de Taleb), vio a un soldado enemigo con velo, desplazándose entre los cuerpos de los heridos y de los muertos del ejército de Muhammad, y comenzó a mutilarlos de una manera horrible, y llegó tan lejos como la mutilación del cuerpo de Hamza, el tío de Muhammad (pbse). Esta escena le aterró y decidió vengarse de este soldado matándolo. Inmediatamente fue hacia él, como una flecha rápida, pero se sorprendió (cuando levantó su espada para matarlo) que este soldado no era sino una mujer disfrazada en un traje de hombre.
Note la escena maravillosa, y los grandes principios de los soldados de Muhammad (pbse), que en el momento en que levantó su espada para matar al delincuente, este líder equilibró entre la venganza y los altos principios que había adquirido de la escuela de Muhammad; entonces bajó la espada y reprimió su ira, y puso en libertad a esta mujer a pesar de sus feas obras y de sus acciones en contra de sus amigos.
¿Qué clase de moral es esta? ¿Qué tipo de principio? ¿Qué clase de grandeza?
Esta es la grandeza de Muhammad (pbse) y de sus seguidores, y la grandeza del islam que les enseñó esto.
3. Su nobleza hacia los cautivos de guerra:
A pesar de los pactos de derechos humanos y de los acuerdos internacionales, los prisioneros de guerra aún se encuentran bajo el peso y la violencia de la tortura psicológica y física, y la flagrante violación de los derechos humanos.
Sin embargo, hace más de catorce siglos, Muhammad el mensajero de Allah (paz y bendiciones sean con él), legisló un gran método y una forma para todo el mundo de cómo tratar a un prisionero de guerra, que, si la humanidad lo hubiera aplicado, hubiera encontrado una manera de salir de la crisis de los prisioneros en este mundo confuso. Esta crisis sigue siendo terrible para todos los dueños de una conciencia viva, y con moral noble. Eso es porque Muhammad (paz y bendiciones sean con él) había prevenido completamente la violación de los derechos humanos, sin importar que justificación tuviera.
Así que no es aceptable torturar ni física ni psicológicamente, ni maldecir a los prisioneros, como tampoco privarlos de comida o bebida. Por el contrario, Muhammad y sus compañeros llegaron al punto que daban prioridad a sus prisioneros en sus alimentos y bebidas. Esta escena fue descrita por una aleya del Corán: “y ellos dan comida a los pobres, a los huérfanos y a los prisioneros, por el amor de Allah”.
Ahora juzgue usted este gran comportamiento de Muhammad (pbse) y de sus compañeros hacia los prisioneros.
Los prisioneros hoy en día necesitan, de hecho, vivir en el mundo de Muhammad (pbse) para ser tratados de la misma manera que Muhammad trató a sus prisioneros, con misericordia y respetando su humanidad, que fue tomada por medio de armas de destrucción masiva, y guerras sucias bajo nombres ilegales.
Como conclusión tenemos que decir, que Muhammad (paz y bendiciones sean con él) tiene que estar orgulloso de su ciudad ideal, que era más desarrollada que las ciudades de todo el mundo en esta era. Él es, de hecho, el pionero en prácticamente todos los ámbitos de la vida, no solo en términos de comercio. Encuentre tan sólo un caso, si puede, en el cual Muhammad o sus seguidores hayan torturado a sus prisioneros física o psicológicamente…