Capítulo 80, versículos 33-42: Una Descripción del Día del Juicio
“El día que llegue el terrible estruendo [el Día del Juicio]. El hombre huirá de su propio hermano, De su madre y de su padre, De su esposa y de sus hijos. Ese día todos estarán preocupados por sí mismos. Ese día habrá rostros radiantes [el de los bienaventurados], Risueños y alegres, Y otros ensombrecidos [el de los condenados], Apesadumbrados. Ésos serán los incrédulos desmentidores.” (Corán 80:33-42)
‘El terrible estruendo' o 'el estruendo impresionante’ es la traducción más cercana del término, As-Sajjah, uno de los nombres del día del juicio en árabe, el final de todo deleite y disfrute.
Si oyes la palabra árabe recitada, vas a notar que lleva un tono muy agudo; casi perfora los oídos.
Este efecto simplemente nos prepara para la siguiente escena en la que vemos: "ese día el hombre huirá de su hermano y su madre y su padre y su esposa y sus hijos". (Corán 80:34-36).
Esos vínculos entre una persona y sus relaciones más cercanas no se cortan en el curso normal de los eventos. Sin embargo, el ensordecedor estruendo destruye estos lazos y les lanza en el aire.
En este mundo las relaciones entre hermanos a menudo pueden resultar amargas, pero uno no puede pensar en ser separado de los padres. La calamidad de ese día será tan grande que incluso los padres perderán su significado así como los cónyuges e hijos.
"Huyendo" puede significar que cuando ve a los que estaban más cercanos y queridos a él en el mundo, en angustia, en lugar de apresurarse a ayudarles, él se apartará lejos de ellos en caso de que le pidan ayuda.
También puede significar que cuando ven las malas consecuencias de haberse llevado unos a otros al pecado y haberse engañado unos a otros extraviándose, sin temor de Dios y desatento del más allá en esta vida, cada uno huiría del otro en caso de que el otro le responsabiliza de su desviación.
Estas son las mismas para las que vivimos. Para mantenerlos contentos nosotros renunciamos a otras cosas importantes, incluso ignorando los derechos de Dios. Con qué frecuencia escuchamos esta excusa que no podemos seguir tal cosa porque a nuestras familias no les gusta. Pero entonces ¿por qué pasan a ser extraños en ese día cuando estaremos en necesidad de ayuda?
Esta es la realidad que debemos afrontar: cada uno de nosotros estará tan absorto en su propia preocupación que será imposible para nosotros considerar a nadie. Es un recuerdo muy importante de Dios que, a pesar de que debemos dar los derechos de nuestros seres queridos, no es apropiado que desobedezcamos a Dios a causa de ellos. Porque no importa cuánto parecen amarnos hoy ellos no nos ayudará en la vida venidera.
El temor en esta escena es puramente psicológico. Golpea el alma, la aísla y sostiene en sus garras. El resultado es que cada uno de nosotros pensarán que sólo sí mismo. No tendrá tiempo ni interés de pensar en los demás: "Para cada uno de ellos ese día tienen suficientes preocupaciones propias". (Corán 80:37) La descripción es viva; puede haber una declaración más corta y también tan amplia para describir el estado general de las almas y las mentes preocupadas.
Aisha, la esposa del Profeta Muhammad (paz y bendiciones sean con él) una vez le preguntó:
"Me gustaría que me respondas una o dos preguntas." Él dijo: "Seguro, si tengo la respuesta." Ella preguntó: "¿Cómo será la gente resucitada?" Él dijo: "desnudos y descalzos." (Una versión añade: "incircuncisos"). Ella se quedó tranquila por un rato y preguntó: "¿y las mujeres?" Él respondió: "en el mismo estado." Ella exclamó: "¿Ellos no se mirarán unos al otros?" El profeta respondió: "el asunto será mucho más grave que eso". Luego recitó este verso, "para cada uno de ellos ese día tendrán suficientes preocupaciones propias”. [1]
La gente que entiende este hecho en este mundo y han hecho de Dios el centro de sus vidas, naturalmente tienen que soportar muchas dificultades en la vida pero su final será dulce y quien quedó atrapado en su propia arrogancia y no creía en las revelaciones de Dios, se encontrarán en una situación muy difícil y dolorosa.
"Algunas caras, ese Día, van a ser brillantes – riendo, regocijándose en buenas noticias. " (Corán 80:38-39) Estos versículos describen las condiciones de los creyentes después de que los dos grupos (los creyentes y los incrédulos) han sido asignados sus recompensas, de acuerdo a las normas divinas y dadas sus respectivas posiciones. Estas caras brillarán con una felicidad rebosante de placer. Tienen esperanza y están tranquilos porque sienten que su Señor está complacido con ellos. Estas personas se salvarán del terror del ensordecedor estruendo, por lo que pueden permitirse el lujo de sonreír y demostrar su alegría. O probablemente las sonrisas y las manifestaciones de felicidad serán vistas después de que estas personas se den cuenta del buen fin que les espera.
y otras caras, ese Día, tendrá sobre ellos el polvo. Oscuridad los cubre. Son los incrédulos, los malvados. (Corán 80:40-42) Estas caras están cubiertas con el polvo de la tristeza y la miseria, oscurecidas con humillación y depresión. Saben lo que han hecho en esta vida y esperan su castigo inevitable. Estas personas estaban carentes de fe. No creían en Dios o en el mensaje divino. Por otra parte, están endurecidos en sus caminos de error y pecado. Persistentemente violaban los mandamientos divinos. El destino de cada grupo se retrata en sus rostros.
Tal será el final que todos tendremos que enfrentar. ¿Hoy en día, podemos todos preguntarnos qué estamos haciendo? ¿A quién estamos complaciendo? En ese día del juicio final, sólo Dios será el juez, entonces, ¿cómo podemos vivir nuestras vidas contradiciendo sus mandamientos? Abramos los ojos a la verdad y veamos la dirección de nuestras vidas y ajustemos nuestras velas en consecuencia!
Notas:
[1] Tirmidhi
Original
But when there comes the Deafening Blast - that Day a man will flee from his brother, and his mother and his father, and his wife and his children.