Una de las características especiales de la vida y religión del Profeta (la paz y las bendiciones sean con él) fueron sus estrictas enseñanzas dictadas a sus seguidores, en las cuales los obligó a prestar especial atención a la limpieza y a la protección del medio ambiente.
Así, el Profeta (la paz y las bendiciones sean con él) ordenó a sus seguidores a lavar las diferentes partes del cuerpo que están expuestas a la polución, tales como cara, boca, nariz, manos y pies cinco veces al día o más, y lavar el cuerpo entero tan frecuentemente como sea posible.
Advirtió a las personas a no ensuciar las áreas cercanas a viviendas.
Insistió en la importancia de alejarse de cualquier suciedad causada por los humanos.
Obligó a sus seguidores a limpiar sus ropas de la suciedad.
Enseñó a sus seguidores sobre el “aislamiento médico”, por lo que les ordenó no entrar en lugares donde hubiera enfermedades epidémicas, y no abandonar dichos lugares, con el fin de prevenir la diseminación de las enfermedades.
Con estas y muchas otras instrucciones, el Profeta (la paz y las bendiciones sean con él), construyó un completo sistema social con una atmósfera saludable y un medio ambiente limpio. Así que no hay lugar en las enseñanzas del profeta para la polución, la suciedad en la ropa, el cuerpo y todo el medio ambiente.
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