Descuidar la adoración en la noche y el día – II
Causas del por qué se desperdicia los tiempos del día y la noche descuidando la adoración
Hay varias causas que hacen que la persona descuide la adoración durante el día y la noche, a continuación mencionaremos algunas de ellas:
1.Cometer pecados:
Esto sucede cuando el musulmán no tiene cuidado ni se previene de cometer pecados, en especial el incurrir en las faltas conocidas como las menores. Pecados a los que muchos no les dan la importancia debida, piensan que no hay problema alguno al cometerlos y, por ende, al caer en ellos supone que no ha hecho nada malo.
Sin embargo, toda acción tiene una reacción y efecto, y en este caso estamos hablando de un castigo cuyo efecto se puede reflejar en muchos aspectos, uno de ellos es, definitivamente, el alejamiento del cumplimiento de las formas de adoración, es decir, desperdiciar el tiempo no cumpliendo con las obligaciones religiosas. Al-lah, Glorificado y Exaltado sea, cuya Palabra es la verdad absoluta, dijo (lo que se interpreta en español):
{Y si os aflige una desgracia, ello es la consecuencia de [los pecados] que cometisteis} [Corán 42:30].
Los Salaf (predecesores virtuosos) no dudaron en prevenir a la gente del peligro de los pecados y su efecto sobre las acciones que realiza la persona durante el día y la noche. Tenemos a Dahak, que Al-lah lo tenga en Su misericordia, quien dijo: “No conozco a una persona que haya memorizado el Corán entero y luego lo olvide, sino a causa de un pecado que haya cometido”. Luego recitó el aleya (que se interpreta en español):
{Y si os aflige una desgracia, ello es la consecuencia de [los pecados] que cometisteis} [Corán 42:30].
Después dijo: “¿Qué desgracia más grande puede haber que olvidar el Corán?”. A Al Hasan Al Basri, que Al-lah lo tenga en Su misericordia, alguien le preguntó: “Llega la noche y estoy con bien y salud. Me propongo velar la noche, así que me purifico para ello. Sin embargo, no lo hago, ¿por qué me sucede esto?” Le respondió: “Son tus pecados los que te impiden que cumplas con tu propósito”.
Az-Zauri, que Al-lah lo tenga en Su misericordia, dijo: “No se me permitió hacer Qiam Al-Lail por cinco meses debido a un pecado que cometí”. Le preguntaron: “¿Cuál fue esa falta que cometiste?”. Respondió: “Vi a un hombre llorando y me dije a mí mismo: No lo hace con sinceridad”. Karaz ibn Wabrah, que Al-lah lo tenga en Su misericordia, fue visto llorando. Quienes lo vieron le preguntaron por el motivo de su llanto, que si era por la muerte de un familiar, a lo que respondió que era peor que eso. Le dijeron que si era que le dolía algo y su respuesta fue la misma. Finalmente le dijeron: “¿Qué es entonces lo que te hace llora?”, respondió: “No leí lo que acostumbro a leer del Corán, esto por alguna falta que cometí”.
Abu Sulaiman Ad-Darani, que Al-lah lo tenga en Su misericordia, solía decir: “La razón de que a una persona se le pase la oración obligatoria en comunidad en la mezquita, es por algún pecado que cometió”. Al Hafidh ibn Al Qaiem, que Al-lah lo tenga en Su misericordia, señaló: “Tenemos que dentro de los efectos de los pecados se cuenta la privación de realizar y cumplir con la adoración.
Si una falta no hace que la persona deje de observar una de las diversas formas de adoración en especial, seguramente lo hará con otra, con otra y con otra, hasta que pierda varias de ellas, cada una mejor que la otra, y todas estas mejor que lo que hay en este mundo y sobre él. Igual que una persona que por haber comido un alimento que lo enfermó, por su dolencia no puede comer nada, y así se pierde comidas y manjares mejores que el que lo enfermó, y a Al-lah pedimos ayuda”.
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