¿Pueden los yins o genios entrar en los cuerpos de gente?
Alabado sea Allah.
El hecho de que los yinn puedan ingresar a un cuerpo humano está demostrado en el Quran y en la Sunnah, mediante el consenso de Ahl al-Sunnah wa’l-yamaa’ah y por acontecimientos de la vida. Nadie discute esto, excepto la secta Mu’tazilah que prioriza su propio análisis racional sobre la evidencia del Quran y la Sunnah. A continuación mencionaremos algunas de estas pruebas:
Allah dice en el Quran (interpretación del significado):
“Los que lucren con la usura saldrán [de sus tumbas el Día del Juicio] como aquel al que Satanás lo ha poseído dejándolo trastornado. Esto porque dicen que el comercio es igual que la usura; pero Allah permitió el comercio y prohibió la usura.” [al-Baqarah 2:275]
Al-Qurtubi dijo en su exegesis-Tafsir (parte 3, p. 355): “Esta aleya es prueba de que aquellas personas que niegan que exista la posesión de los demonios, y que hay que buscar sólo causas físicas están equivocadas”.
Ibn Kazir dijo en su exegesis-Tafsir (parte 1, p. 32), luego de mencionar la aleya citada previamente: “Se levantarán de sus tumbas el Día de la Resurrección de la misma manera en que un epiléptico se levanta durante un ataque. Esto se debe a que se levantarán en un muy mal estado. Ibn ‘Abbaas dijo: quien lucre de la usura (ribaa) se levantarل el Día de la Resurrección como loco, sin poder respirar.
Según un hadiz sahih narrado por al-Nasaa’i de Abu’l-Yusr, el Profeta (paz y bendiciones de Allah sean con él) solía rezar: “Allaahumma inni a’udhu bika min al-taraddi wa’l-haram wa’l-gharaq wa’l-harq, wa a’udhu bika an yataJabatani al-shaytaan ‘ind al-mawt (Oh Allah, busco que me protejas de ser arrojado desde las alturas, de la decrepitud, de ser ahogado o quemado; busco que me protejas de ser vencido por Shaytaan a la hora de la muerte)”.
Comentando sobre este hadiz en Al-Fayd (parte 2, p.148), al-Manaawi dijo: “[La frase] ‘y busco que me protejas de ser vencido por Shaytaan a la hora de la muerte’, significa para que no dañe mi compromiso religioso o mi estado mental (al momento de la muerte) por medio de sus susurros malintencionados que hacen que las personas se equivoquen o que pierdan la cordura. El Shaytaan puede tomar el control de una persona cuando está a punto de partir de este mundo, y puede desviarlo o hacer que no se arrepienta... ”
Ibn Taymiyah (Maymu’ al-Fataawa, 42/276) dijo: “El hecho de que los yinn pueden ingresar a cuerpos humanos está demostrado mediante el consenso de Ahl al-Sunnah wa’l-Yamaa’ah. Allah dice en el Quran (interpretación del significado): ‘Los que lucren con la usura saldrán [de sus tumban el Día del Juicio] como aquel al que Satanás ha poseído dejándolo trastornado. Esto porque dicen que el comercio es igual que la usura; pero Allah permitió el comercio y prohibió la usura.’ [al-Baqarah 2:275].
Y se narra en un Hadiz auténtico que el Profeta (paz y bendiciones de Allah sean con él) dijo: ‘El Shaytaan fluye a través del ser humano tal como la sangre por sus venas’.”
‘Abd-Allaah, el hijo del Imaam Ahmad ibn Hanbal dijo: “Le dije a mi padre: ‘hay algunas personas que dicen que los yinn no ingresan a los cuerpos de las personas’. él dijo: ‘Oh hijo mío, están mintiendo, los yinn pueden incluso hablar a través de la persona’.”
Comentando al respecto, Ibn Qudaamah dijo: “Lo que él dijo es cierto, porque aquellas personas que son poseídas sufren ataques similar al epiléptico y hablan en un idioma que nadie comprende, y su cuerpo puede ser atacado con golpes que podrían hacer caer a un camello, pero el poseído no siente nada y tampoco se da cuenta de las palabras que está pronunciando. Quien sea testigo de tales cosas estará seguro de que quien está hablando a través de esa persona o moviendo cosas no es humano”. Dijo también Ibn Quddamah, que Allah sea misericordioso con él: “No existe nadie entre los imaames de los musulmanes que niegue que los yinn ingresan al cuerpo de los posesos. Quien lo niegue y diga que el Islam lo niega está diciendo mentiras sobre el Islam. No existe nada en las pruebas de la shari’ah que demuestre que eso no ocurre”.
Entonces el hecho de que los yinn pueden ingresar a cuerpos humanos está demostrado en el Quran y en la Sunnah, y por el consenso de Ahl al-Sunnah wa’l-yamaa’ah, algunos de cuyos comentarios hemos citado previamente.
Con respecto a la aleya Quranica (interpretación del significado): “…pero en verdad no podían engañar a nadie si Allah no lo permitía.” [al-Baqarah 2:102],
esto es indudablemente una clara señal de que los yinn no pueden lastimar a nadie mediante la brujería u otro tipo de perjuicio o malos consejos, excepto con el permiso de Allah.
Como dijo al-Hasan al-Basri: “A quien Allah desee, Él le dará poder y a quien Allah no desee, no le dará poder, y no podrán hacerle nada a nadie salvo con el permiso de Allah”.
El Demonio (que es un yinn no creyente) podrá obtener poder sobre los creyentes haciéndolos pecar o caer en hipocresía. Pero no tiene poder sobre los siervos sinceros de Allah, tal como dice el Quran (interpretación del significado):
“[Dijo Allah:] Por cierto que no tienes poder alguno sobre Mis siervos creyentes. Es suficiente con tu Señor como protector [para quienes se encomiendan a él].” [al-Israa’ 17:65]
Con respecto a las causas de la posesión, Ibn Taymiyah explicó (en Maymu’ al-Fataawa, 19/39) las causas. él dijo: “Cuando los yinn poseen a una persona, puede ser por deseo o amor, tal como sucede entre un humano y otro... o puede ser – como es el caso generalmente – por odio y castigo, como cuando una persona ha lastimado a otra se piensa que lo ha hecho intencionalmente, sea orinando sobre ellos, arrojándoles agua caliente o matándolos, aunque la persona lo haya hecho sin saberlo. Hay seres ignorantes y malas entre los yinn que pueden castigar a una persona más de lo que merece, o pueden jugar con la misma y perjudicarla”.
Digo: la manera de salvarse a sí mismo de esto es no olvidándose de Allah y mencionando Su Nombre al comienzo de todo, como se informó que el Profeta (paz y bendiciones de Allah sean con él) solía mencionar a Allah en casi todas las situaciones, como por ejemplo cuando comía, bebía, montaba a su animal, se quitaba la ropa por alguna razón o mantenía relaciones, entre otras cosas.
Con respecto al tratamiento (de aquel cuyo cuerpo ha sido invadido por los yinn), Ibn Taymiyah dijo (Maymu’ al-Fataawa, 19/42): “Cuando los yinn atacan a una persona, hay que recordarles la ley de Allah y Su Mensajero, hay que establecer las pruebas en contra de ellos, y hay que ordenarles que hagan lo que es bueno y no lo que es malo, tal como debe hacerse en el caso de las personas, como Allah dice en el Quran (interpretación del significado): ‘Quien siga la guía será en beneficio propio, y quien se descarríe sólo se perjudicará a sí mismo.
Nadie cargará con los pecados ajenos. No hemos castigado a ningún pueblo sin antes haberles enviado un Mensajero.’ [al-Israa’ 17:15]”.
Luego dijo: Si los yinn no se retiran luego de haberles dicho esto, entonces está permitido reprenderlo, amenazarlo y maldecirlo, como el Mensajero de Allah (paz y bendiciones de Allah sean con él) hizo con el Shaytaan cuando él se acercó con una brasa para arrojándosela en la cara, y el Mensajero (paz y bendiciones de Allah sean con él) repitió tres veces: “Busco que Allah me proteja de ti y te maldiga con la maldición de Allah”. (Narrado por al-Bujari).
También debemos buscar ayuda contra el yinn recordando a Allah (dhikr) y recitando el Quran, especialmente la Aleya al-Kursi. El Profeta (paz y bendiciones de Allah sean con él) dijo: “Quien la recite permanecerá bajo la protecciَón de Allah y ningún shaytaan (demonio) podrá aproximársele hasta el próximo Día”. (Narrado por al-Bujari). Y al-Mu’wadhatayn (las 3 últimas surahs del Quran) también pueden recitarse.
Los psiquiatras que no tratan al poseso de la manera descripta, no podrán beneficiarlo.
Este tema será discutido mucho más detalladamente, pero lo que hemos dicho aquí es suficiente para aquellos que quieren saber algo sobre el tema, Alabado sea Allah, el Señor de los Mundos.
Escritos del Sheij Muhammad Mahmoud al-Najdi - Masaa’il wa rasaa’il, Muhammad Mahmoud al-Najdi, p. 23