la biblia habla con una clara contradicción acerca de la salvación. según juan, jesús (la paz sea con él) le dijo a la mujer samaritana acerca del mesías: “la salvación viene de los judíos.” juan 4: 22. sin embargo, este asunto ha sido refutado por muchos otros textos bíblicos, que generan la sospecha de si esta declaración fue realmente realizada por jesús, especialmente porque es evidente de que fue introducida en el texto.
es importante mencionar en este punto, que los textos de la santa biblia indican la posibilidad de la transferencia de la profecía de los hijos de israel hacia otra nación, como los árabes.
dios ha mandado muchos profetas a los hijos de israel, y ellos los negaron y mataron. vamos a reflexionar sobre lo que los profetas dijeron acerca de esta nación rebelde, para saber si ellos eran dignos de mantener las bendiciones. moisés dijo sobre ellos: “porque esa gente ha perdido el juicio y carece de inteligencia.” deuteronomio 32: 28.
dijo: “…esa generación tortuosa y perversa. ¿así le pagas al señor, pueblo necio e insensato?” deuteronomio 32: 5 – 6.
el profeta elías dijo: “el señor le dijo: ‘¿qué haces aquí, elías?’ él respondió: ‘me consumo de celo por el señor, el dios de los ejércitos, porque los israelitas abandonaron tu alianza, derribaron tus altares y mataron a tus profetas con la espada. he quedado yo solo y tratan de quitarme la vida’.” reyes 1ero 19: 10.
la descripción de dios sobre ellos en el libro del profeta ezequiel es similar: “él me dijo: ‘hijo de hombre, yo te envío a los israelitas, a un pueblo de rebeldes que se han rebelado contra mí; ellos y sus padres se han sublevado contra mí hasta el día de hoy. son hombres obstinados y de corazón endurecido aquellos a los que yo te envío, para que les digas: así habla el señor. y sea que escuchen o se nieguen a hacerlo – porque son un pueblo rebelde – sabrán que hay un profeta en medio de ellos. en cuanto a ti, hijo de hombre, no les temas ni tengas miedo de lo que digan, porque estás entre cardos y espinas, y sentado sobre escorpiones; no tengas miedo de lo que digan ni te acobardes delante de ellos, porque son un pueblo rebelde. tú les comunicarás mis palabras, sea que escuchen o se nieguen a hacerlo, porque son un pueblo rebelde.’.” ezequiel 2: 3 – 7.
de manera similar, el profeta isaías dijo: “¡escuchen, cielos! ¡presta oído, tierra! porque habla el señor: yo crié hijos y los hice crecer, pero ellos se rebelaron contra mí. el buey conoce a su amo y el asno, el pesebre de su dueño; ¡pero israel no conoce, mi pueblo no tiene entendimiento! ¡ay, nación pecadora, pueblo cargado de iniquidad, raza de malhechores, hijos pervertidos! ¡han abandonado al señor, han despreciado al santo de israel, se han vuelto atrás! ¿dónde pueden ser golpeados todavía, ustedes, que persisten en rebelión? toda la cabeza está enferma y todo el corazón dolorido; de la planta de los pies a la cabeza, no hay nada intacto: ¡heridas, contusiones, llagas vivas, que no han sido curadas ni vendadas, ni aliviadas con aceite!” isaías 1: 1 – 6.
el enojo de dios con ellos continuó, hasta que levantó las bendiciones que les había otorgado, y las cambió por maldiciones y venganza: “¡y ahora, para ustedes es esta advertencia, sacerdotes! si no escuchan y no se deciden a dar gloria a mi nombre, dice el señor de los ejércitos, yo enviaré sobre ustedes la maldición y maldeciré sus bendiciones; ya las he maldecido, porque ustedes no se deciden a hacer eso. yo les quebraré el brazo, les tiraré estiércol a la cara – el estiércol de sus fiestas – y ustedes serán barridos con él.” malaquías 2: 1 – 3.
cuando jesús (la paz sea con él) llegó, llamó a jerusalén: “¡jerusalén, jerusalén! tú matas a los profetas y apedreas a los que dios te envía.” mateo 23: 37, debido al número de honorables profetas de dios a los que habían matado en su territorio.
jesús (la paz sea con él) dijo, al dirigirse a la multitud: “por eso, ¡ay de ustedes, maestros de la ley y fariseos hipócritas! ustedes cierran a los hombres el reino de los cielos. no entran ustedes ni dejan entrar a los que se presentan… ¡serpientes, raza de víboras! ¿cómo lograrán escapar de la condenación del infierno? desde ahora les voy a enviar profetas, sabios y maestros, pero ustedes los degollarán y crucificarán, y a otros los azotarán en las sinagogas o los perseguirán de una ciudad a otra… ¡jerusalén, jerusalén! tú matas a los profetas y apedreas a los que dios te envía…” mateo 23: 13 – 37.
por ello, dios los privó de ser la nación de la cual vendría el próximo profeta, porque rompieron la promesa y el pacto de dios. el próximo profeta no sería descendiente de david (la paz sea con él), lo que significa que no sería jesús (la paz sea con él).
la razón principal por la que los judíos odiaban a jesús (la paz sea con él) fue que él los enfrentó con la verdad. les dijo que el reino de dios y su elección les serían quitados, y dados a otra nación. con el fin de demostrarlo, tenemos que retroceder a la primera vez que trataron de matar a jesús. sucedió cuando les habló sobre el profeta elías, que dejó a las viudas de los hijos de israel por una viuda de sidón; y el profeta josué limpió a naamán el sirio, sin limpiar el resto de los leprosos que se encontraban entre los hijos de israel. véase lucas 4: 25 – 27.
el resultado fue el siguiente: “al oír estas palabras, todos en la sinagoga se indignaron. se levantaron y lo arrastraron fuera de la ciudad, llevándolo hasta un barranco del cerro en el que está construida la ciudad, para arrojarlo desde ahí.” lucas 4: 28 – 29. ese fue el comienzo del odio de los judíos hacia jesús (la paz sea con él).
ahora le preguntamos al respetado lector, ¿la nación que se ve amenazada por profetas, merece que las bendiciones y los profetas permanezcan con ella? si la respuesta es “no”, entonces ¿cuál es la nación seleccionada y elegida? ¿cuál más podría ser, sino la nación a la cual se le prometieron bendiciones varias veces, desde la descendencia de ismael (la paz sea con él)? ninguna de las naciones reclama ser esta nación elegida.