las etapas de la legislación del combate:
el islam es un mensaje que no obliga a la gente para aceptarlo ni tampoco para creer en ello, es un llamamiento auto potente en si misma por lo que encierra de realidades obvias e instrucciones nobles.
“no hay coacción en la práctica de adoración, pues ha quedado claro cuál es la buena dirección y cual el extravío, quien niegue a los ídolos y crea en al·lâh, se habrá aferrado a lo más seguro que uno puede asirse, aquello en lo que no cabe ninguna fisura. y al·lâh es oyente y conocedor”.” (tsq, sura 2, al-baqara "la vaca" : aleya 256).
pero las costumbres y las tradiciones heredadas, especialmente las mezcladas con los caprichos de su gente, forman un obstáculo grave que impide a aceptar la verdad y dejar la falsedad. el orgullo de los ricos y principales que esclavizan a la gente sin derecho, se culmina hasta tal punto que anuncian la guerra contra los llamadores a la verdad y su gente. así como incitan en su contra a aquellos que no sacarán beneficios de combatirse a la gente de la verdad.
y con tal de que este es la tradición que al·lâh decretó en cuanto a los llamamientos, no será lógico que los llamadores al camino de al·lâh queden con brazos atados sin afrontar a los injustos ni aterrorizar a los enemigos.
es por eso fue legislado combatir por al·lâh a cuatro etapas como sigue:
la primera etapa: prohibición de la lucha:
esta etapa se duró por toda la época de la meca, a lo largo de trece años de injusticia, opresión, estrechez y bloqueo. durante esta época los compañeros discutían con el mensajero de al·lâh para que les permitiera defenderse contra la injusticia que experimentaban. pero les impedía, y les ordenaba tener paciencia completando así las fases de la formación de la fe completa que debían tener los pioneros que llevaban el mensaje del llamamiento.
observemos la narración del gran compañero jabâb ibnu al-art, uno de los primeros anticipados en el islam, uno de los que saborearon la amargura y las desgracias de esta etapa y un testigo sobre esa penosa época. dijo: “quejamos al mensajero de al·lâh mientras estaba sentado sobre su manto en la ka`aba y le preguntamos: “¿no vas a pedir socorro para nosotros? “¿no vas a suplicar a al·lâh a nuestro favor?”. respondió: “en las épocas anteriores, se excavaron tumba para el hombre y le colocaron la sierra en la cabeza hasta que le cortaron en dos sin que nada le hiciera abandonar su religión. y le peinaron lo que está debajo de la carne de huesos y nervios con peines de fierro sin que le hiciera eso abandonar su religión. por al·lâh, este asunto será cumplido por al·lâh a tal punto que el viajero departirá de san`a con destinación a hadhramaut (yemen), sin que teme nada exceptuando a al·lâh y el lobo por sus ovejas. es que lo apresuráis.”
el mismo noble mensajero no estaba lejos del perjuicio y de la injusticia que hacia su pueblo. igualmente él sufría lo que sufrían sus compañeros, sin embargo, al·lâh no le habría dado permiso a él ni a sus compañeros para combatir ni aun defendiendo a sí mismos.
la segunda etapa: dar permiso de la lucha.
esta etapa empezó después de la emigración a la medinah y con fin de defenderse contra la injusticia que los musulmanes sufría, así como en esta etapa fueron disponibles hombres, provisión y medios. al·lâh, el altísimo sea, dio la permisión de combatir revelando la aleya en la que dice: “a quienes luchen por haber sido víctimas de alguna injusticia, les está permitido luchar y verdaderamente al·lâh tiene poder para ayudarles.” (sura de la peregrinación, aleya 39). ya que el deseo de acabar con el llamamiento al islam seguía dominando el pensamiento de los magnos incrédulos de la tribu de qoraysh. dr. mahdy rizqa·lâh ahmad dice: “cuando al·lâh dio el permiso de la lucha a su profeta y a los creyentes, empezaron a preparar las fuerzas para afrontar la agresión de qoraysh, y de todo aquel que tomaba esta actitud. cuando qoraysh quería mostrar a los musulmanes que tenía una mano potente dentro de la medinah, los musulmanes igualmente querían mostrar a qoraysh que los musulmanes no estaban tan débiles como creía y además que eran capaces de acabar con el poder de qoraysh así como eran capaces de bloquearla política y económicamente y devolver sus derechos que les había despojado.
el motivo por y la sabiduría de dar el permiso de la lucha en esta etapa puede ser también aterrorizar al movimiento de la hipocresía que había estado presente dentro de la medinah. este movimiento fue encabezado por abdul·lâh ibnu ubayy, que le movía su rencor por perder el gobierno que había deseado y esperado antes. en este periodo también tuvieron lugar la batalla de badr y la batalla de uhud precedidas por algunas maniobras militares en forma de escuadrones y delegaciones.
la tercera etapa: dar la orden de luchar contra aquel que empezó la agresión:
esta etapa empezó con el descenso de la aleya en la que dice al·lâh, el altísimo sea: “y combatid en el camino de al·lâh a quienes os combatan a vosotros pero no os propaséis; es cierto que al·lâh no ama a los que se exceden.” (sura de la vaca, verso 190). esta etapa fue conveniente con el progreso y el desarrollo que experimentó el estado islámico con su ejército que contaba con los ejércitos organizados y formados especialmente después de las batallas de badr y uhud.
la cuarta etapa: dar la orden de luchar contra todos los incrédulos.
esta etapa empezó con el descenso de la aleya en la que dice al·lâh, el altísimo sea: “y combatid a los asociadores por entero, al igual que ellos os combaten por entero. y sabed que al·lâh está con los que le temen.” (sura at-tawba, del verso 36).
considerando la dimensión internacional del llamamiento islámico en este periodo que los reyes, después de haber escuchado de ello, intentaban obstaculizar su vía de liberar a los pueblos de la tiranía y la persecución
es importante aclarar que estas etapas no se anulan ni se contradicen, porque cada una tiene sus circunstancias propias y sus justificaciones objetivas en lo que se refiere a la fuerza y la debilidad, el cambio de la situación del enemigo en la paz y en la guerra, el tipo de los que no creen según el libro o la doctrina religiosa que seguían, en adición a otros motivos que no se cabe mencionarse aquí.
el profesor mustafa elseba’ey ! que en paz descanse! dice: “la historia del profeta sobre las batallas que ocurrieron en su época, es la prueba más clara del objetivo noble por el que el profeta luchó y combatió. el profeta de al·lâh anunció la guerra solamente después de la persecución y la opresión que experimentaba con sus compañeros en su creencia, a tal punto que fueron expulsados de sus hogares y de su país.
de ahí tuvieron lugar la batalla de badr y las batallas que siguieron para el aseguramiento de la libertad religiosa y el establecimiento de la paz y de la seguridad en todos los territorios de la península árabe. esta paz contra la que luchaban los idolátricos árabes a tal punto que transformaron las plazas y partes de meca en plazas en las que degollaban, torturaban y perseguían a los creyentes en sus provisiones, hogares y dinero.