El Profeta y su amor por su Umma (Comunidad Musulmana)
Al-lâh envió a su Profeta para salvar a la humanidad de su desviación y extravío; así que mereció verdaderamente ser el salvador de la humanidad, de modo que su Sira era la mayor fuente para quien quiere educar a las naciones –individuos y grupos- con los valores del amor y la compasión, los cuales se representaron en su amor y preocupación por la gente en general, y en especial su Umma. Dicho amor derivaba de su misericordia y compasión hacia ellos; también, esto era una prueba sobre la autenticidad de su profecía.
Por eso, Al-lâh describió el amor del Profeta (sal-lal-lâhu ‘alaihi wa sal-lam) a su Umma diciendo: “En verdad que os ha llegado un Mensajero salido de vosotros mismos; es penoso para él que sufráis algún mal, está empeñado en vosotros y con los creyentes es benévolo y compasivo.”[1].
El amor del Mensajero (sal-lal-lâhu ‘alaihi wa sal-lam) por su Umma alcanzó un grado que ningún ser humano puede imaginar; ya que desde los primeros momentos de la Da‘wa, él ordenó a la minoría débil en La Meca emigrar a Abisinia escapando con el fin de proteger su religión, pues dijo: “Si vais a la tierra de Abisinia, encontraréis a un rey que nunca es injusto con alguien, y es una tierra de sinceridad; hasta que Al-lâh os dé una solución para vuestro problema (o: os libere de vuestra situación)..”[2].
Además, muchas veces, hemos visto al Mensajero (sal-lal-lâhu ‘alaihi wa sal-lam) apartarse de una cierta obra –cercana a su corazón y amada por él- solamente por su temor de que se impusiera a su Umma, de modo que les causara fatiga y dificultad. Por este motivo, ‘Âîsha (que Al-lâh Esté complacido con ella) dijo: ‘A veces, el Mensajero de Al-lâh (sal-lal-lâhu ‘alaihi wa sal-lam) dejaba un acto aunque quería realizarlo; por miedo de que la gente le siguiera y así se impusiera sobre ellos’[3].
Por otro lado, el Mensajero (sal-lal-lâhu ‘alaihi wa sal-lam) advertía a la Umma de los pecados, aclarando su gravedad sobre su entidad y fuerza, incluso si (dichos pecados) parecían pequeños y simples a los ojos del musulmán. ‘Abdul∙lâ Ibn Mas‘ûd (que Al-lâh Esté complacido con él) narró que el Profeta (sal-lal-lâhu ‘alaihi wa sal-lam) dijo: “Guardaos de los pecados menores; ya que se acumulan hasta destruir al hombre”. También él (sal-lal-lâhu ‘alaihi wa sal-lam) dio un ejemplo al respecto diciendo: “Es como un grupo de personas que acampan en el desierto; un hombre trae un palo y otro lleva otro palo, y así consecutivamente, hasta que se acumula una gran cantidad, entonces encienden un fuego y cocinan sus alimentos”[4].
También el Mensajero (sal-lal-lâhu ‘alaihi wa sal-lam) tuvo miedo por su Umma de los líderes desviadores, quienes la conducen a la perdición, pues dijo dirigiéndose a su Umma: “Mi mayor temor por vosotros es de los líderes desviadores”[5].
El amor y la compasión del Profeta (sal-lal-lâhu ‘alaihi wa sal-lam) a los creyentes, se extendió en los diferentes asuntos de su religión, sobre todo en el aspecto de las devociones; pues, a pesar de que el acto de acercarse a Al-lâh y dedicarse a él sea algo elogiado y deseado, mejor dicho, es una orden, sino que el Profeta (sal-lal-lâhu ‘alaihi wa sal-lam) temía por su Umma de la exageración al respecto, de modo que perdieran el equilibro en su vida, pues dijo: “Si no temiera agobiar (o: causar inconveniencia) a mi Umma, retrasaría el rezo de la noche hasta el tercio de la noche o la mitad”[6]. Así que este dicho y otros demuestran el gran amor del Profeta (sal-lal-lâhu ‘alaihi wa sal-lam) por su Umma, y su preocupación por ella y sus intereses en los asuntos de su religión.
Por lo tanto, el Mensajero (sal-lal-lâhu ‘alaihi wa sal-lam) buscaba las oportunidades para destacar la verdad de su amor a toda la gente; pues escuchó que tres compañeros querían realizar demasiados actos de adoración; pensando que esto sería un fuerte motivo para acercarse a Al-lâh. Pues, Anas Ibn Mâlik (que Al-lâh Esté complacido con él) narró: ‘Tres hombres fueron a las casas de las esposas del Profeta (sal-lal-lâhu ‘alaihi wa sal-lam), preguntando sobre sus actos de adoración, y cuando se enteraron de ellos, sintieron que si hicieron los mismos actos, sería eso aun poco para ellos, así que dijeron: ¡Y qué somos nosotros en comparación con el Profeta (sal-lal-lâhu ‘alaihi wa sal-lam), a quien se le perdonaron todos sus pecados! Uno dijo: yo rezaré siempre durante la noche.
Otro dijo: yo ayunaré todo el día y nunca comeré. Y otro dijo: yo me aislaré de las mujeres y no me casaré. Luego, el Mensajero (sal-lal-lâhu ‘alaihi wa sal-lam) llegó y dijo: “¿Vosotros sois quienes dijeron tal y tal cosa? Por Al-lâh, yo soy quien más teme a Al-lâh entre vosotros; sin embargo, ayuno y como, rezo y duermo y tengo vida marital. Así que quien se aparta de mi método, no pertenece a mí Umma’[7].
Qué hermoso es terminar nuestras palabras con una situación que refleja la gran preocupación del Mensajero (sal-lal-lâhu ‘alaihi wa sal-lam) por su Umma, y la gran estima del Señor por esta preocupación. ‘Abdul∙lâ Ibn ‘Amr (que Al-lâh Esté complacido con él) narró:
‘El Profeta (sal-lal-lâhu ‘alaihi wa sal-lam) recitó la Aleya siguiente sobre Ibrâhîm (Abraham): “¡Señor mío! Es cierto que ellos extravían a muchos hombres. Quien me siga será de los míos pero quien me desobedezca...Realmente Tú eres Perdonador, Compasivo.”[8]. También Isâ (Jesús) dijo: “Si los castigas... Son Tus siervos; y si los perdonas... Tú eres ciertamente el Poderoso, el Sabio.”[9].
Así que levantó sus manos y dijo: “Mi Umma, mi Umma” y lloró. Entonces Al-lâh dijo: Oh Ÿibrîl (Gabriel), ve a Mohammad –y tu Señor sabe mejor- y pregúntale por qué llora. De hecho, Ÿibrîl fue a él y le preguntó, y el Mensajero (sal-lal-lâhu ‘alaihi wa sal-lam) le informó sobre lo que dijo, y él sabía mejor. Por lo tanto, Al-lâh dijo: Oh Ÿibrîl, ve a Mohammad y dile: Te satisfaremos en cuanto a tu Umma y no te decepcionaremos’[10].
[1] [Sura At·Tawba (El Arrepentimiento) 9: Aleya 128].
[2] [Al Bayhaqî (18190)] [Ibn Hishâm: As∙sira An∙nawaqiya 1/322, 323] [Al Albânî: Sahîh, As∙silsilatu As∙sahîha (3190)].
[3] [Al Bujârî (11228), (1177)] [Muslim (718)].
[4] [Ahmad (3818)] [Shu‘ayb Al Arnâ’ût: Hasan Ligayrih] [At∙Tabarânî: Al Mu‘âm Al Kabîr 5/449] [Al Bayhaqî: Shu‘ab Al Imân (7017)] [Al Albânî: Sahîh, Sahîh Al Ÿâmi‘ (2687)].
[5] [Abû Dâwûd (4252)] [At∙Tirmidî (2229)] [Ahmad (27525] [Shu‘ayb Al Arnâ’ût: Sahîh Ligayrih] [Ad∙Dârimî (211)] [Al Albânî: Sahîh, As∙silsilatu As∙sahîha (1582)].
[6] [At∙Tirmidî (23): Hasan Sahîh] [Ibn Mâÿa (691)] [[Al Albânî: Sahîh, Mishkât Al Masâbîh (390)].
[7] [Al Bujârî (5063)] [Muslim (1401)].
[8] [Sura Ibrâhîm (Abraham) 14: Aleya 36].
[9] [Sura Al-Mâ´ida (La Mesa Servida) 5: Aleya 118].
[10] [Muslim (202)] [An∙Nasâ’î (11269)] [At∙Tabarânî: Al Mu‘ÿam Al Kabîr (1515)] [Al Bayhaqî: Shu‘ab Al Imân (308)] [Ibn Hibbân (7357)].
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